martes, 13 de noviembre de 2018

Hablemos del TDAH




Jenny Pozo Saavedra

Especialista en problemas de audición, lenguaje, aprendizaje y tartamudez.

Pese a no existir cifras exactas sobre el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), algunos estudios revelan que afecta a un 5% y 10% de la población de 4 a 17 años.


Sin embargo, ¿Qué debemos saber y comprender sobre el TDAH? ¿Cuál debe ser nuestra tarea como profesores y padres para apoyar a nuestros niños? ¿Cuán importante es la observación y acompañamiento a nuestros hijos para fortalecer sus capacidades y apoyarlos en su desarrollo?

En primer lugar, el TDAH es un trastorno común de la infancia y puede afectar a los niños de distintas maneras, pero sobre todo genera dificultad en el niño para concentrarse y prestar atención.

El TDAH se caracteriza por la existencia de tres síntomas: hiperactividad (movimiento continuo y superior a lo esperado para la edad del niño), falta de atención e impulsividad (trastorno que se produce debido a una alteración del sistema nervioso central).

Es una de las causas más frecuentes del fracaso escolar y de problemas sociales en la edad infantil, si no se logra atender a tiempo. Se trata de una patología crónica, con un componente genético alto, pero que se puede diagnosticar y tratar.

El TDAH tiene muchos síntomas por lo que en principio algunos síntomas pueden parecer comportamientos propios de un niño, sin embargo el TDAH los empeora y hace que ocurran con mayor frecuencia. 

Los niños con TDAH tienen diversos comportamientos que comienzan en los primeros cinco o seis años de sus vidas.

•          Distraerse fácilmente y olvidarse las cosas con frecuencia.
•          Cambiar rápidamente de una actividad a otra.
•          Tener problemas para seguir instrucciones.
•          Soñar despiertos/fantasear demasiado.
•          Tener problemas para terminar cosas como la tarea y los quehaceres domésticos.
•          Perder juguetes, libros, y útiles escolares con frecuencia.
•          Estar muy inquietos y retorcerse mucho.
•          Hablar sin parar e interrumpir a las personas.
•          Corretear mucho.
•          Tocar y jugar con todo lo que ven.
•          Ser muy impacientes.
•          Decir comentarios inadecuados.
•          Tener problemas para controlar sus emociones.

Sin embargo, los niños que tienen TDAH pueden mejorar con tratamiento. Es importante la evaluación de un neuropediatra porque ese diagnóstico servirá de mucho a la terapista en su trabajo y el colegio sabrá la condición del niño para brindarle el apoyo necesario.  

En este aspecto, hay tres tipos básicos de tratamiento que deben ser entregados por especialistas.
1. Medicamentos. Varios medicamentos pueden ayudar. Los tipos más comunes se llaman estimulantes. Estos ayudan a los niños a concentrarse, aprender, y estar tranquilos.
Sin embargo, en ocasiones los medicamentos causan efectos secundarios, como problemas de sueño o dolores de estómago. Puede ser necesario que su hijo trate algunos medicamentos para ver cuál funciona mejor. Es importante que usted y el médico observen cercanamente a su hijo mientras toma la medicina.
2. Terapia. Hay distintas clases de terapia. La terapia conductual puede ayudar a enseñar a los niños a controlar su comportamiento para que puedan desempeñarse mejor en la escuela y su casa.
3. Combinación de terapia y medicamentos. Muchos niños mejoran con medicamentos y terapia, pero siempre es importante el acompañamiento y la observación de los profesionales y la familia.
Pero lo más importante, es que como padres le brindemos orientación y comprensión a nuestro hijo y hablar sobre este tema con sus profesores. Un especialista puede indicar cómo ayudar a un niño a  hacer cambios positivos. Sin embargo, al apoyar a nuestro hijo, estamos ayudando a todos los miembros de la familia.

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