miércoles, 28 de noviembre de 2018

“Nuestra sociedad es muy conservadora, nos asusta lo diferente y nos cuesta comprender que un niño tenga otra percepción de la realidad”

                                          Foto: Facebook



El congresista por Piura, Hernando Cevallos Flores, es totalmente sincero al reconocer que en el Congreso de la República, lo menos que se debate son los temas de educación inclusiva para personas con discapacidad, habilidades especiales, diferentes y extraordinarias.

En entrevista con Normalmente Diferentes, el también médico pediatra resalta que el mayor problema de nuestra sociedad es no ser capaz de aceptar a un niño que piense fuera de lo que llamamos “normal” y que los ministerios, sobre todo Salud y Educación tienen el reto de instaurar protocolos para enfrentar estas situaciones.

Congresista, hay muchos mitos en relación al autismo, por ejemplo el consumo de ciertos medicamentos en la gestante ¿cuál es su posición?

En principio, no hay una causa definida de por qué se produce el autismo, aquí lo importante es el diagnóstico temprano, que los padres se den cuenta de que tienen un niño con características especiales y después lo que no tenemos en nuestro país, que es una sociedad capaz de aceptar a un niño con habilidades diferentes, porque además los niños autistas son sumamente talentosos, pero tienen dificultad para adaptarse a lo que nosotros llamamos una normalidad. Es un desafío no resuelto en nuestra sociedad, mucho más en la nuestra, en donde el niño autista no tiene un espacio real donde desarrollarse, donde poder avanzar partir de sus dificultades y fortalecer sus potencialidades.

Otro mito que es de las vacunas, es decir se llamaba a no hacerlo para que el niño no sea autista.

Es un tema controversial que surgió cuando aún no era congresista, la estadística que se siguió para algunas patologías era que no debería vacunarse, pero era al contrario, es decir era más riesgoso no vacunarse.

Sin embargo ¿de dónde surgió esta preocupación de que las vacunas pueden causar daños en el feto?, bueno, por su calidad, pues también es cierto que nuestro país compra vacunas que en otros lugares tienen otro tipo de componentes, y obviamente genera dudas, y en su época le pregunté al ministerio de Salud ¿por qué tenemos que ahorrar en vacunas de menor calidad?

Entonces ¿no se debe temer al momento de vacunar?

Si bien es cierto, los niños deben vacunarse porque es mayor el riesgo cuando no lo hacen, pero tenemos derecho a tener medicamentos de calidad. Lo mismo nos ha pasado con medicamentos intraoculares, que se les sigue entregando a los pacientes, pero en otros países no se usan, entonces ¿por qué los da el seguro y además en todas las regiones?
El tema es que su costo es 30 o 40 veces menos que el original y se puede fraccionar, en cambio el original no lo puedes dividir en dosis, pero el problema de dividirlo es que el riesgo de la manipulación es mayor.

En ese aspecto ¿qué recomendaciones deben tomar en cuenta las madres y la familia?

Los controles son indispensables, el problema en el autismo es que los padres no se dan cuenta de manera rápida que el niño es autista, de pronto te das cuenta del problema de comunicación, y ahí viene el primer desafío de la familia que es aceptar al niño con estas habilidades distintas. Nuestra sociedad es muy conservadora, lo que es diferente nos asusta y nos cuesta comprender que tenemos un niño que tiene otra percepción de la realidad, y que son niños con un grado de sensibilidad altísima.

Pero a pesar de las normas y reglamentaciones en relación a este tema, no se ha avanzado mucho.

Como en tantas normas que hay en el país. Todavía no tenemos un protocolo de cómo manejar situaciones especiales, de pronto somos una sociedad que tiene muchas dificultades para aceptar algo que está fuera de lo que tenemos encuadrado como algo habitual, nos pasa por ejemplo con los pacientes de diabetes 1, que son los más graves porque son insulinodependientes y el Ministerio de Salud no tiene un protocolo para atenderlos, entonces cuando los niños van a los hospitales, no hay jeringas, no hay formas para controlarles la glucosa de manera continua. Recién hace 15 días, después de una serie de reuniones con la sociedad de diabétes, se ha incluido un proyecto de mejoramiento de la ley de diabético, y en el caso de los niños autistas, en las escuelas no hay personal especializado para atenderlos, desde el Ministerio de Educación no existe una labor preventiva para que los padres puedan reconocer y qué hacer, ni hablar cuando son hogares humildes.

¿Y qué sucede con la normativa que maneja el Ministerio de Educación?

Las normas existen,  pero lo que no hay  es una aplicación práctica de que nuestra educación esté preparada para enfrentar este tipo de situaciones. Lo poco que percibimos es que, de la familia para afuera es como salir a una jungla para estos niños por una sociedad intolerante y una escuela que no está preparada para incluirlos, aceptando estas particularidades, nos pasa con el autismo y síndrome de Down.

Dentro del Congreso de la República ¿se ven estos temas?

Deberían verse con más frecuencia en lugar de otros temas, pero hay una agenda pendiente. Porque además de generar proyectos o normas, el asunto es cómo ejecutamos lo que tenemos y eso es trabajo del Poder Ejecutivo, y seríamos absolutamente deshonestos si decimos que hay una vocación de nuestro país, de interactuar con la sociedad para conocer los problemas, y que las normas existentes, se mejoren y se apliquen. Nos ha pasado con diferentes temas como el cannabis medicinal, en donde hay una serie de prejuicios, pero tenemos que avanzar.

Como médico pediatra ¿Cuál sería su reflexión?

Hay un tema importante, como pediatra hablo de la importancia de la preparación de la madre la nacer al bebé, todos esperamos que todo sea perfecto, pero a veces no es así, porque nace un niño con problemas de labio leporino o paladar hendido, y si la madre no está preparada y no hay un buen acompañamiento del personal de salud, se genera una primera barrera entre la madre y el niño, porque le cuesta aceptar a un niño como el que esperaba la familia.

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