Jenny Pozo Saavedra
Especialista en problemas de audición, lenguaje, aprendizaje
y tartamudez.
Pese a
no existir cifras exactas sobre el Trastorno de Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH), algunos estudios revelan que afecta a un 5% y 10% de la
población de 4 a 17 años.
Sin
embargo, ¿Qué debemos saber y comprender sobre el TDAH? ¿Cuál debe ser nuestra
tarea como profesores y padres para apoyar a nuestros niños? ¿Cuán importante
es la observación y acompañamiento a nuestros hijos para fortalecer sus
capacidades y apoyarlos en su desarrollo?
En primer
lugar, el TDAH es un trastorno común de la infancia y
puede afectar a los niños de distintas maneras, pero sobre todo genera
dificultad en el niño para concentrarse y prestar atención.
El TDAH
se caracteriza por la existencia de tres síntomas: hiperactividad (movimiento
continuo y superior a lo esperado para la edad del niño), falta de atención e
impulsividad (trastorno que se produce debido a una alteración del sistema
nervioso central).
Es una
de las causas más frecuentes del fracaso escolar y de problemas sociales en la
edad infantil, si no se logra atender a tiempo. Se trata de una patología
crónica, con un componente genético alto, pero que se puede diagnosticar y
tratar.
El TDAH
tiene muchos síntomas por lo que en principio algunos síntomas pueden parecer
comportamientos propios de un niño, sin embargo el TDAH los empeora y hace que
ocurran con mayor frecuencia.
Los niños con TDAH tienen diversos
comportamientos que comienzan en los primeros cinco o seis años de sus vidas.
• Distraerse fácilmente y olvidarse las
cosas con frecuencia.
• Cambiar rápidamente de una actividad a
otra.
• Tener problemas para seguir
instrucciones.
• Soñar despiertos/fantasear demasiado.
• Tener
problemas para terminar cosas como la tarea y los quehaceres domésticos.
• Perder juguetes, libros, y útiles
escolares con frecuencia.
• Estar muy inquietos y retorcerse mucho.
• Hablar sin parar e interrumpir a las
personas.
• Corretear mucho.
• Tocar y jugar con todo lo que ven.
• Ser muy impacientes.
• Decir comentarios inadecuados.
• Tener problemas para controlar sus
emociones.
Sin embargo, los
niños que tienen TDAH pueden mejorar con tratamiento. Es importante la
evaluación de un neuropediatra porque ese diagnóstico servirá de mucho a la
terapista en su trabajo y el colegio sabrá la condición del niño para brindarle
el apoyo necesario.
En
este aspecto, hay tres tipos básicos de tratamiento que deben ser entregados
por especialistas.
1. Medicamentos. Varios medicamentos
pueden ayudar. Los tipos más comunes se llaman estimulantes. Estos ayudan a los
niños a concentrarse, aprender, y estar tranquilos.
Sin
embargo, en ocasiones los medicamentos causan efectos secundarios, como
problemas de sueño o dolores de estómago. Puede ser necesario que su hijo trate
algunos medicamentos para ver cuál funciona mejor. Es importante que usted y el
médico observen cercanamente a su hijo mientras toma la medicina.
2. Terapia. Hay distintas clases de
terapia. La terapia conductual puede ayudar a enseñar a los niños a controlar
su comportamiento para que puedan desempeñarse mejor en la escuela y su casa.
3. Combinación de terapia y medicamentos. Muchos
niños mejoran con medicamentos y terapia, pero siempre es importante el
acompañamiento y la observación de los profesionales y la familia.
Pero lo más importante, es que como padres le
brindemos orientación y comprensión a nuestro hijo y hablar sobre este tema con
sus profesores. Un especialista puede indicar cómo ayudar a un niño a hacer cambios positivos. Sin embargo, al
apoyar a nuestro hijo, estamos ayudando a todos los miembros de la familia.
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