El congresista por Piura,
Hernando Cevallos Flores, es totalmente sincero al reconocer que en el Congreso
de la República, lo menos que se debate son los temas de educación inclusiva
para personas con discapacidad, habilidades especiales, diferentes y
extraordinarias.
En entrevista con Normalmente Diferentes, el también
médico pediatra resalta que el mayor problema de nuestra sociedad es no ser
capaz de aceptar a un niño que piense fuera de lo que llamamos “normal” y que
los ministerios, sobre todo Salud y Educación tienen el reto de instaurar
protocolos para enfrentar estas situaciones.
Congresista,
hay muchos mitos en relación al autismo, por ejemplo el consumo de ciertos
medicamentos en la gestante ¿cuál es su posición?
En principio, no hay una causa
definida de por qué se produce el autismo, aquí lo importante es el diagnóstico
temprano, que los padres se den cuenta de que tienen un niño con
características especiales y después lo que no tenemos en nuestro país, que es
una sociedad capaz de aceptar a un niño con habilidades diferentes, porque
además los niños autistas son sumamente talentosos, pero tienen dificultad para
adaptarse a lo que nosotros llamamos una normalidad. Es un desafío no resuelto
en nuestra sociedad, mucho más en la nuestra, en donde el niño autista no tiene
un espacio real donde desarrollarse, donde poder avanzar partir de sus
dificultades y fortalecer sus potencialidades.
Otro
mito que es de las vacunas, es decir se llamaba a no hacerlo para que el niño
no sea autista.
Es un tema controversial que surgió
cuando aún no era congresista, la estadística que se siguió para algunas patologías
era que no debería vacunarse, pero era al contrario, es decir era más riesgoso
no vacunarse.
Sin embargo ¿de dónde surgió esta
preocupación de que las vacunas pueden causar daños en el feto?, bueno, por su
calidad, pues también es cierto que nuestro país compra vacunas que en otros
lugares tienen otro tipo de componentes, y obviamente genera dudas, y en su
época le pregunté al ministerio de Salud ¿por qué tenemos que ahorrar en
vacunas de menor calidad?
Entonces
¿no se debe temer al momento de vacunar?
Si bien es cierto, los niños
deben vacunarse porque es mayor el riesgo cuando no lo hacen, pero tenemos derecho
a tener medicamentos de calidad. Lo mismo nos ha pasado con medicamentos
intraoculares, que se les sigue entregando a los pacientes, pero en otros
países no se usan, entonces ¿por qué los da el seguro y además en todas las
regiones?
El tema es que su costo es 30 o
40 veces menos que el original y se puede fraccionar, en cambio el original no
lo puedes dividir en dosis, pero el problema de dividirlo es que el riesgo de
la manipulación es mayor.
En
ese aspecto ¿qué recomendaciones deben tomar en cuenta las madres y la familia?
Los controles son
indispensables, el problema en el autismo es que los padres no se dan cuenta de
manera rápida que el niño es autista, de pronto te das cuenta del problema de comunicación,
y ahí viene el primer desafío de la familia que es aceptar al niño con estas
habilidades distintas. Nuestra sociedad es muy conservadora, lo que es diferente
nos asusta y nos cuesta comprender que tenemos un niño que tiene otra
percepción de la realidad, y que son niños con un grado de sensibilidad
altísima.
Pero
a pesar de las normas y reglamentaciones en relación a este tema, no se ha avanzado
mucho.
Como en tantas normas que hay
en el país. Todavía no tenemos un protocolo de cómo manejar situaciones
especiales, de pronto somos una sociedad que tiene muchas dificultades para
aceptar algo que está fuera de lo que tenemos encuadrado como algo habitual,
nos pasa por ejemplo con los pacientes de diabetes 1, que son los más graves
porque son insulinodependientes y el Ministerio de Salud no tiene un protocolo
para atenderlos, entonces cuando los niños van a los hospitales, no hay
jeringas, no hay formas para controlarles la glucosa de manera continua. Recién
hace 15 días, después de una serie de reuniones con la sociedad de diabétes, se
ha incluido un proyecto de mejoramiento de la ley de diabético, y en el caso de
los niños autistas, en las escuelas no hay personal especializado para
atenderlos, desde el Ministerio de Educación no existe una labor preventiva
para que los padres puedan reconocer y qué hacer, ni hablar cuando son hogares humildes.
¿Y
qué sucede con la normativa que maneja el Ministerio de Educación?
Las normas existen, pero lo que no hay es una aplicación práctica de que nuestra educación
esté preparada para enfrentar este tipo de situaciones. Lo poco que percibimos
es que, de la familia para afuera es como salir a una jungla para estos niños
por una sociedad intolerante y una escuela que no está preparada para
incluirlos, aceptando estas particularidades, nos pasa con el autismo y síndrome
de Down.
Dentro
del Congreso de la República ¿se ven estos temas?
Deberían verse con más
frecuencia en lugar de otros temas, pero hay una agenda pendiente. Porque además
de generar proyectos o normas, el asunto es cómo ejecutamos lo que tenemos y
eso es trabajo del Poder Ejecutivo, y seríamos absolutamente deshonestos si
decimos que hay una vocación de nuestro país, de interactuar con la sociedad para
conocer los problemas, y que las normas existentes, se mejoren y se apliquen. Nos
ha pasado con diferentes temas como el cannabis medicinal, en donde hay una
serie de prejuicios, pero tenemos que avanzar.
Como
médico pediatra ¿Cuál sería su reflexión?
Hay un tema importante, como
pediatra hablo de la importancia de la preparación de la madre la nacer al
bebé, todos esperamos que todo sea perfecto, pero a veces no es así, porque nace
un niño con problemas de labio leporino o paladar hendido, y si la madre no
está preparada y no hay un buen acompañamiento del personal de salud, se genera
una primera barrera entre la madre y el niño, porque le cuesta aceptar a un
niño como el que esperaba la familia.