miércoles, 16 de mayo de 2018

¿Por qué Normalmente Diferentes?


Es difícil empezar el primer párrafo, del primer texto que acompañará la bienvenida de tu blog. Estábamos buscando la mejor manera de hacerlo, pero el miedo a seguir prolongando el lanzamiento de este espacio, tiene color blanco, sí, como dicen los escritores, la página en blanco, que al final es un ente de alta estimulación creativa.

Y es que tal vez, el iniciar este saludo, contando nuestros temores, inseguridades, disyuntivas, deseos, miedos y
lo que más se pueda evidenciar, es la motivación que nos llevó a crear “Normalmente Diferentes”, pues al final, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido todo ello para dar ese primer paso a un proceso creativo, sin embargo, nos detenemos y no lo hacemos porque existe esa barrera de que si no sigue el patrón establecido, simplemente estoy demás, no soy digno de formar parte de un grupo y aparecen los adjetivos que ya conocemos.

Y cuando hablamos de proceso creativo, no nos referimos a un sentido comercial, y hacemos esta aclaración, porque el ser humano ahora está visto más de esa manera, entonces hablamos más bien de identidad, de la palabra como acto creador del sujeto, de nosotros, de las personas, de sabernos y construirnos libres, respetando y comprendiendo las diferencias de cada uno

Esa palabra que nos permite nombrarnos como somos, aceptando la realidad, que no es estática, pero hemos caído en la “normalidad” de que si los demás no se alinean a nuestros comportamientos, ideas, estilos de vida y no se hacen a imagen y semejanza de ello, simplemente no existen, los ignoramos, los excluimos, los etiquetamos en un vacío existencial y recurrimos a ellos cuando el ego intransigente necesita florecer y fortalecerse.

Pero todo ello, solo advierte el gran agujero en el cual se encuentra inmersa la salud mental de nuestra sociedad. Inundada de prejuicios, estereotipos, etiquetas, exclusiones y señalamientos que solo genera que prevalezca la división de ser una persona “normal” o “anormal”, teniendo este último término más acepciones sin mayores remordimientos.

Si bien, hay situaciones en que muchas personas, son afectadas seriamente por problemas mentales y necesitan un continuo tratamiento, no solo médico, sino también afectivo, que es el más importante; también es necesario evaluar qué estamos haciendo como sociedad, no solo para respetar todo ello, sino también para sumarnos, desde nuestra tribuna, y generar espacios inclusivos.

No somos psicólogos, psiquiatras o médicos en general para entregar una explicación de cada caso, pero no es una regla ostentar títulos en estos campos, para darnos cuenta que de esa violencia extrema actual, tiene una raíz en ese niño abandonado, sin mayores posibilidades de educación, carente de espacios para fortalecer cada una de sus etapas, aquel niño a quien no se le enseñó a respetar a los animales, porque fue educado con violencia y frialdad porque así se hace más varón.

A esa niña que desde que nace es nombrada para ser ama de casa, y si estudia, es mucho pedir, pues es “normal” someterse a las reglas arbitrarias de convivencia. A esa niña, que es víctima de cosas aberrantes, por alguien que también fue víctima de abusos porque el círculo vicioso continúa y lo único que esperamos son medidas reactivas, pero la prevención es solo un buen término para matizar alguna campaña.

El tema es complejo, mucho más si el acceso a la información y a la educación padece de irrealidad. Lo decimos porque en cada hogar, en cada escuela, en cada salón de clases, en cada universidad, en cada centro de labores, en cada oficina, en cada esquina, existen extensos problemas relacionados a nuestra psiquis, pero los padres, maestros, hermanos, tíos, tías, abuelas, autoridades, instituciones, muchas veces desconocen qué puede estar pasando con cada uno de esos seres con los que se convive a diario, y cuando ocurre el desequilibrio en la estructura de la personalidad, se alzan las banderas del señalamiento, de eludir responsabilidades y, por supuesto, de encasillar de acuerdo a nuestro “conocimiento”.

Pero también debemos detenernos en esa otra parte de la realidad, que no debe ser ajena a ninguno de nosotros, sin embargo, nuevamente, por desconocimiento, se tiende a excluir y a etiquetar porque no se ve como “normal” el comportamiento. Para ser más explícitos, y ejemplificar la idea, es cuando se habla del autismo, que no es más que una condición en donde la persona tiene organizada de manera diferente su cerebro, y es necesario fortalecer el tema del lenguaje y la socialización.

El problema de todo esto, es que por sus particularidades de la condición, que las iremos conociendo en entrevistas y testimonios, la gente “normal” lo ve como una enfermedad, como una discapacidad mental, al punto de hacer mil gestos cuando las observa, pero anula su espíritu de querer conocer ese universo único.

Por todas estas cosas y otras, decidimos construir este espacio que nos permitirá conocer mejor nuestras diferencias, nuestros temores, nuestras condiciones, nuestras ideas, nuestros pensamientos, y que mejor con el aporte de especialistas como son los psicólogos, maestros, músicos, poetas, escritores, y todas aquellas personas que se sumen a este devenir creativo.

“Normalmente Diferentes: una voz en común” solo busca el desaprender juntos. El hablar de normalidad, es un tanto desconocido, pero también demoledor, porque ¿qué es ser normal? Es decir sí a todo para ser aceptado; es pensar igual a todos, a pesar que no comparto las ideas y anulo las mías; normal es creer que no me abruma la tristeza, la melancolía, el duelo o la pena.

Esa “normalidad” que nos lleva a juzgar o etiquetar a un niño porque alinea sus juguetes por colores y tamaños, porque tarda en hablar o porque ama sus rutinas. Y el panorama es más desolador cuando hablamos de síndrome de down, del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), de la depresión, del síndrome de Tourette y otros temas que solo se conocen por rumores, por películas, pero necesitan visibilizarse en información y testimonios.

Por ello, Normalmente Diferentes intenta ser ese espacio de diálogo, de intercambio de ideas, esa ventana de donde todos nos podamos mirar para aceptarnos, reconocernos y respetar nuestra individualidad y diferencias; y es que tal vez lo normal sea ser diferentes.

Bienvenidos a esta nueva casa de creación. Anghelina Figallo y Enrique Villegas, comunicadores y periodistas piuranos agradecen a quienes apoyan esta idea desde hace mucho tiempo, de manera incondicional, pues el único fin es conocer y comprender los problemas que afectan el comportamiento humano, la personalidad, a cada uno como sujetos únicos.


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